Manolo Laguillo. Razón y ciudad

7 enero 2012

Barcelona Manolo Laguillo

Manolo Laguillo

Me enseñaron, hace muchos años, que en el origen de toda filosofía hay un asombro, una admiración que nace de aquello que nos sorprende porque no lo conocíamos, o porque conociéndolo, consecuencia más que probable de la propia interrogación sobre lo que se creía saber, hay algo en lo que no habíamos reparado. He podido comprobar, desde entonces, que igualmente suele haber una admiración en el origen de muchas fotografías, que también nace, en este caso, del hecho de mirar las cosas de un modo diferente, inquisitivo, lo que haría de la fotografía, pienso que no debe haber dudas al respecto, una forma de filosofía.

Es significativo que Manolo Laguillo estudiase filosofía en su peripecia vital pre-fotográfica. No ha dejado nunca de filosofar a propósito de las imágenes, de adentrarse en lo que son y no son. En el catálogo de una de sus últimas exposiciones leo, escrito por él, que aprender a fotografiar es llegar a entender que la potencia de la fotografía tiene que ver con el hecho de que construye y erige una realidad que en realidad no es. La imagen fotográfica altera radicalmente la dimensión espacial de las cosas a la vez que, temporalmente, las detiene para siempre jamás, de modo que el fotógrafo, el filósofo queda prendido en esa espacialidad trastocada, impregnando su inmovilidad, permítanme el palabro, con su capacidad fotosófica, que en última instancia determina su verdadera validez.

Una fotografía dice cosas, y calla muchas más. Tan erróneo me parece ignorar la vinculación entre imagen y palabra como forzarla más allá de lo razonable. Manolo Laguillo es consciente de que el dispositivo fotográfico sabe lo que sabe, e ignora lo que ignora. Como fotógrafo, intérprete de ese dispositivo, debe administrar voces y, sobre todo, silencios. El amor a la sabiduría fotográfica no tiene por qué llevarnos obligatoriamente a un equilibrio entre unas y otros. Acaso la verdadera sabiduría del fotógrafo, como escribiera James Knowlson en otro contexto, consista en aprender a callar en otro idioma.

Publicado en el folleto Razón y ciudad. Manolo Laguillo. (Galería H2O, Barcelona, 2012)
 
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