Javier Vallhonrat. Interacciones.

30 junio 2015

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Javier Vallhonrat. 42º N. Altitud: 2.915 msnm. Latitud: N 42º 39′ 03.7″ Longitud: E 00º 38′ 46.3″ Orientación: 217º SW 18.06.2011 16:54:32. Glaciar de Aneto, Macizo de la Maladeta, Pirineos

 

ENTRE EL DATO Y LA INCERTIDUMBRE, ENTRE LA CIENCIA Y LA POESÍA

Interacciones, la exposición de Javier Vallhonrat en el Museo Universidad de Navarra, es el resultado de un trabajo que se inició en 2011, en el marco del proyecto Tender Puentes, un programa de producción, creación e investigación que, a partir del 2004 e impulsado entonces por el Fondo Fotográfico de la Universidad de Navarra, propone un diálogo entre la obra de destacados creadores actuales y la fotografía del siglo XIX. Cada participante en Tender puentes ha debido buscar, en las imágenes de la colección, un vínculo para desarrollar su propio proyecto. En el caso de Javier Vallhonrat, el punto de partida fueron dos fotografías del Macizo de la Maladeta, en el pirineo oscense, realizadas por Joseph Vigier en 1853. Esas dos fotografías, parte de un álbum que incluye otras 36, ponen de manifiesto algunas características peculiares de Vigier en el tratamiento del paisaje, como una tendencia a la fragmentación frente a la vista grandiosa, una preferencia por los detalles banales y una cierta atmósfera que nos acerca a lo misterioso.

En Interacciones, Javier Vallhonrat, uno de los autores esenciales de la fotografía española contemporánea, a partir de premisas comparables, habla de la experiencia del hombre frente a la naturaleza en condiciones extremas, de la necesidad e imposibilidad de certezas, de la imprevisibilidad y vulnerabilidad referidas tanto al ser humano como a la propia naturaleza. El fragmento le va a permitir una poética también, si se me permite, fragmentada, pero que alcanza una idea de totalidad en el conjunto de la muestra. La exposición está dividida en cinco bloques: 42ºN, Deriva estándar, Registro del margen, Fricción límite y Eolionimia. Cada uno de ellos aborda cuestiones específicas, aunque es evidente la relación entre esos conjuntos que se complementan con varios vídeos y una instalación.

En trabajos anteriores de Vallhonrat (ETH, 2000 ó Acaso, 2001-03) pueden encontrarse ya algunas claves que se desarrollan en Interacciones. También pueden situarse precedentes en obras como las de Richard Long o en algunas experiencias de Hamish Fulton. Todo el proyecto es rico en metáforas, y está recorrido por diálogos paradójicos: cambio vs. permanencia, resistencia vs. fragilidad, planitud vs. profundidad. Si se quiere, de un modo más amplio, ciencia vs. poesía. Hay una poética en el dato científico, como hay algo de precisión casi científica en esos poemas breves (haikus) que acompañan a las fotografías de Eolionimia. Javier Vallhonrat alude a la incertidumbre narrativa que reside en la naturaleza de toda representación fotográfica. Pero son esas imposibilidades del medio fotográfico las que dejan abierta la puerta, para él y para nosotros, a territorios de enorme riqueza. La construcción del paisaje parece exigir un alejamiento de la propia experiencia y, al mismo tiempo, es nuestra íntima relación con la naturaleza la esencia de eso que justamente queremos transformar en “paisaje”.

 

42º N.

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Javier Vallhonrat. Altitud: 3.013 msnm. Latitud N 42º 39′ 06.3″ Longitud: E 00º 38′ 19.2″ Orientación: 137º SE 05.08.2012 09:17:21. Glaciar de la Maladeta. Macizo de la Maladetta. Pirineos.

Las fotografías han sido obtenidas con una cámara técnica de campo de formato 4×5” (placas). Las condiciones extremas de estas altitudes, el peso de los equipos e incluso las mismas dificultades para caminar y aun moverse implican continuas renuncias para el fotógrafo, que debe seleccionar cuidadosamente las tomas a realizar. En palabras de Vallhonrat, “hacer una sola fotografía tiene el valor de renunciar a infinito menos una posibilidades”. Hay una ausencia de blancos en las imágenes, una negación del vacío, que en fotografía es blanco. La impenetrabilidad de la niebla sugiere incluso un aire cargado de sustancia, una densidad matérica de la nada. Las fotografías recogen esa densidad en instantes que parecen concentrar el sentido en su propia pesantez y en un deliberado alejamiento del brillo.

 

Deriva estándar

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Javier Vallhonrat. Altitud: 2.484 msnm. Latitud: N 42º 39′ 12.2″ Longitud: E 00º 39′ 48.8″ 16.10.2014 11:31:04

Pequeños apilamientos de piedras sitúan referencias, a veces vitales, en condiciones muy adversas. Señales que “humanizan” un paisaje hostil, que parecen conferir un atisbo de inteligencia a las piedras mudas. Es una mínima conexión con otros seres humanos que pasaron antes por el lugar para dejar constancia de un rumbo, de una dirección correcta para un desplazamiento, para un regreso. Apilamientos que nos conectan inevitablemente con algunas experiencias del land-art. La precisión de las lecturas GPS, frías y vacías en sí mismas, establece un contraste brusco con lo rudimentario de unas piedras, sin embargo, llenas de significado. Una luz mortecina, suave y homogénea está cargada de connotaciones de desconocimiento, de extravío, de temor –“la nieve de una agnosia”, escribió Arnau Pons–, mientras unas pocas piedras “ordenadas” evocan intensamente los principios de la especie humana sobre la tierra.

 

Registro al margen

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Javier Vallhonrat. Vivac de montaña. 27.01.2013 08:33:23

En Registro al margen hay un intento del fotógrafo, en sus propias palabras, de “explorar tiempo elíptico transmutándose en forma y espacio”. En la serie se muestran “vivacs”, refugios de montaña que suponen una eventual protección contra las inclemencias. Cada uno de estos “vivacs” está representado por tres fotografías. La primera de ellas es un registro descriptivo/documental del enclave. Las otras dos sugieren el acceso a la protección y la salida del lugar. Entre ambas hay un tiempo, una duración que se nos invita a restituir. El modo en que esta especie de dípticos entrada-salida, en cada “vivac”, representan la oscuridad y la luz contraviene un tanto el tópico habitual. La oscuridad, a la que generalmente atribuimos la condición de amenaza, resulta aquí protectora y, al revés, la luz de la montaña es portadora de todos los peligros que acechan más allá del refugio.

 

Fricción límite

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Javier Vallhonrat. Estudio nivológico.

El propio Joseph Vigier registró ya en 1853 los resultados devastadores de un alud, en lo que quizás es la primera fotografía de ese fenómeno, que tal vez se puede pronosticar aunque en sí mismo sea bastante imprevisible. Lo caótico, lo destructivo, el peligro inesperado y el deseo del hombre por conocer y controlar constituyen el telón de fondo de Fricción límite. La nivología estudia, entre otras cosas, la predicción de los aludes. Catas abiertas, señales en el cuerpo virgen de la nieve, en lo que parecen extraños nichos cargados de códigos, nos invitan de nuevo a una reflexión sobre la compleja relación entre el hombre y la naturaleza, al tiempo que esbozan una idea sombría sobre la fragilidad de ésta.

 

Eolionimia

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Javier Vallhonrat. Eolionimia.

“He sido testigo de tu furia paciente, tallando infinitos palacios” (Kåre Aarset, Dikt fra den breen –Poemas desde el glaciar–, 1929)

En Eolionimia (el arte de nombrar los vientos), Javier Vallhonrat nos ofrece una mirada de asombro y celebración, una mirada que evidencia los anclajes poéticos que laten en todo el proyecto, y que aquí, con la firma de Kåre Aarset, un personaje de ficción que escribió sus Poemas desde el glaciar aislado en un refugio, toman la forma del haiku. Apenas unos sutiles tonos en la imagen, apenas unas escasas sílabas en los versos, convertidos en metáforas de procesos complejos y profundos. 

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Javier Vallhonrat. Eolionimia.

“En el valle ya gris, crece lenta tu voz, siempre más ronca” (Kåre Aarset, Dikt fra den breen, –Poemas desde el glaciar– , 1929)

Los datos científicos derivan en estremecimientos poéticos. Después de todo, no están tan alejados unos y otros. Pudo percibirlo Kåre Aarset, desde su observatorio en una cabaña perdida en la inmensidad sin límites de la nieve. Debió sentir la necesidad de determinar un fragmento para intentar fijar lo que no cabe en una mirada, debió concentrarse en cada pensamiento, en cada palabra, para entender que en lo profundo no hay término.

 

Carlos Cánovas